El Ayuntamiento de Palma tendrá tres meses patas arriba la comercial calle Olmos
Los trabajos para renovar una red de tuberías con más de 80 años se interrumpirán en Semana Santa
Las obras se realizarán en cuatro fases y arrancarán en la confluencia con la calle San Miguel
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El Ayuntamiento de Palma, en concreto la Empresa Municipal de Agua y Alcantarillado (Emaya), tendrá patas arriba esta primavera la céntrica y comercial calle Olmos, para proceder a una más que necesaria obra de renovación de la red de agua potable, que lleva casi 80 años sin tocarse, y mejorar el servicio de abastecimiento de agua potable para los más de 4.000 residentes en esta zona del centro histórico.
Con una inversión de 186.000 euros, se renovarán 365 metros de conducciones de agua potable y 52 de alcantarillado en la calle Cardenal Pou, realizándose estos trabajos en tres meses y cuatro fases, excepto los días de Semana Santa, para respetar el paso de fieles y cofradías.
Después de los primeros días de preparación de la zona de obras (calas, acopio de materiales…), se empezarán a abrir en marzo las acequias en el cruce con la calle de San Miguel, hasta el número 19 de calle Olmos (entre el día 28 de febrero y el 18 de marzo), para continuar también durante tres semanas hasta el número 32 (desde mediados de marzo hasta principios de abril). La última fase, entre los números 32 y la Rambla, se realizará durante el mes de abril, deteniendo las obras durante Semana Santa.
Por tratarse de una zona especialmente sensible de la ciudad, con gran número de establecimientos comerciales y de restauración, la compañía municipal ha mantenido contacto con las diversas patronales del sector e informado a los comerciantes y vecinos de la zona, comprometiéndose Emaya a realizar las obras con el menor impacto posible.
En este sentido, el concejal socialista de Medio Ambiente, Ramon Perpinyà, presidente de Emaya, reconoce que «somos conscientes de las necesidades de reducir al mínimo las molestias a los vecinos y comerciantes, pero era más que necesario renovar una red obsoleta de fibrocemento, que sufre averías y fugas. La conducción en esta zona es muy antigua y degradada, hasta el punto de que después de una importante avería en agosto de 2020, se tuvo que aislar el sector y bajar la presión del agua, para reducir las fugas a las conducciones».
Aun así, además de no dar la presión óptima para un buen servicio, se siguieron produciendo averías. De hecho, entre los años 2019 y 2021 se han realizado 11 reparaciones, ocho de las cuales han supuesto el cierre del servicio durante unas horas. Cada incidencia suponía dejar sin agua a unos 4.000 vecinos y un buen número de locales comerciales y establecimientos de restauración. Por ello, Perpinyà reitera que «se trata de una obra prioritaria y necesaria porque la normativa actual obliga a la instalación de contadores individuales, lo que exige unas prestaciones más estrictas de la red en cuanto a presión y caudal».